En la era digital en la que vivimos, no sorprende a nadie si decimos que cada vez dependemos más de nuestros dispositivos electrónicos para realizar una gran cantidad de nuestras tareas diarias.
Sea cual sea tu dispositivo, un smartphone, una tablet o hasta un ordenador con placas Rock radxa cero, estos dispositivos electrónicos se están volviendo esenciales en nuestra vida cotidiana.
Sin embargo, en los últimos años se habla cada vez más de que existe una amenaza silenciosa que puede afectar su rendimiento y durabilidad. Hablamos del throttling. ¿Te gustaría saber qué es y cómo puedes mejorar el rendimiento de tu ordenador, tu tablet o tu teléfono móvil? Continúa leyendo.
¿Qué es el throttling y cómo afecta a tus dispositivos?
El throttling en realidad está creado como una utilidad práctica para tus dispositivos. Los fabricantes de dispositivos electrónicos lo usan como una forma en la que limitar el rendimiento de un componente, generalmente del procesador. El objetivo es evitar el sobrecalentamiento y reducir el consumo de energía de los dispositivos.
Este proceso se puede activar automáticamente por el sistema operativo o la propia unidad de procesamiento, y generalmente se activará cuando el dispositivo alcance una temperatura demasiado elevada o cuando está siendo usado con una carga de trabajo muy intensa durante un largo período de tiempo.
Uno de los efectos más visibles del throttling es la bajada de rendimiento del dispositivo. Cuando el procesador se ve limitado en su capacidad para procesar, las aplicaciones suelen funcionar de manera más lenta, los tiempos de respuesta se alargan y esto nos suele acabar fastidiando, sobre todo si estamos usando nuestro dispositivo para algo importante.
Pero este no es el único efecto en nuestro dispositivo. El throttling también puede afectar de manera significativa a la durabilidad y vida útil de los dispositivos electrónicos. Cuando el procesador u otros elementos experimentan este efecto con cierta frecuencia, se acaban sometiendo a un gran estrés.
El sobrecalentamiento repetido y la operación a niveles reducidos de rendimiento pueden acelerar el desgaste de estos componentes, y esto normalmente conlleva que la vida útil de nuestro dispositivo sea más corta.
El throttling también puede acabar afectando a la vida útil de la batería. Cuando un dispositivo está experimentando throttling de manera constante, la carga de trabajo se está gestionando de manera menos eficiente y esto genera un mayor consumo de energía.
Esto conlleva un menor tiempo en el que podremos usar nuestro dispositivo antes de tener que volver a cargarlo.
¿Y cómo podemos evitar o al menos mitigar el throttling?
Aunque, como hemos visto, el throttling puede ser una herramienta necesaria para prevenir el sobrecalentamiento y proteger nuestros dispositivos, hay algunas maneras en las que podemos mitigar sus efectos.
Una de las maneras más simples es mantener el dispositivo en lugares con una temperatura adecuada. También debemos evitar la exposición prolongada a elementos calurosos, como radiadores o chimeneas, y asegurarnos de que los dispositivos tengan suficiente ventilación.
Una manera de mejorar esta ventilación es realizando una correcta limpieza de los orificios del dispositivo, puesto que en muchas ocasiones se llena de polvo, pelusas u otro tipo de suciedad.
Finalmente, también debemos mantener actualizado el software del dispositivo. Estas actualizaciones a menudo incluyen mejoras en la gestión del rendimiento y la eficiencia energética. Esto nos ayuda a optimizar el rendimiento y reducir la necesidad de throttling.
Como hemos visto, es esencial que estemos conscientes de este fenómeno y, por supuesto, que tomemos medidas para mitigar sus efectos, especialmente si queremos que nuestros dispositivos nos duren el mayor tiempo posible.