Cuando se inicia un ordenador con Windows puede tardar más o menos en hacerlo. Aunque son varios los factores que influyen en ello, uno de los que hay que tener en cuenta se refiere al número de aplicaciones que se ejecutan en el arranque del sistema. Por ello es conveniente el efectuar algunos y cambios y ajustes que redunden en la reducción del tiempo de arranque y en el funcionamiento posterior.
Si detectamos que nuestro ordenador tarda más de lo normal en arrancar o que en el arranque se inicia una aplicación que no queremos que lo haga, podemos efectuar algunos ajustes que recuperen la velocidad o anulen el inicio del programa indeseado. Para ello tendremos que hacer alguna que otra desactivación en el inicio. Esto se consigue accediendo a una herramienta específica del sistema, aunque también existen algunas herramientas que se ocupan de llevar a cabo el trabajo pero que, en la mayoría de los casos, no son necesarias.
Proceso a seguir
La primera parte del proceso de optimización, que en muchos casos puede ser suficiente, requiere de los pasos siguientes:
- Pulsa las teclas Windows + R conjuntamente y escribe msconfig. También, en las últimas versiones de Windows, incluido Windows 10, puedes pulsar el botón derecho del ratón en la barra de tareas y seleccionar Administrador de tareas en el menú emergente.
- Activa la pestaña Inicio.
- Verás la lista de todos los programas que se cargan en el inicio. Desactiva el o los que consideres oportuno, pulsa sobre Aceptar y reinicia el sistema.
Recomendación
Si no sabes cual o cuales desactivar, puedes desactivarlos todos e ir probando en distintos reinicios del sistema cual puede afectar al rendimiento o cual es el que no quieres que se ejecute.
En Windows 10 nunca tendrás problemas si los desactivas todos, ya que el sistema se iniciará sin problemas. Si en cualquier momento necesitas activar una aplicación, solo tienes que ejecutarla. Lo que si es conveniente es que el antivirus se active en el inicio para que el sistema esté protegido.