Ya hemos hablado en otras ocasiones del tema. Después de instalar el sistema operativo en tu ordenador, el rendimiento es por lo general óptimo, pero con el paso del tiempo compruebas que todo va más lento. Son múltiples los factores que influyen en esta pérdida de rendimiento. Uno de ellos es la fragmentación del disco duro. Cada vez que instalas una nueva aplicación, que elaboras un nuevo documento, que descargas archivos desde Internet, se van distribuyendo aleatoriamente sobre el disco duro. En la mayoría de las ocasiones un mismo fichero puede estar almacenado en porciones, por distintas zonas. Cuando el sistema intenta acceder a este fichero pierde una importante cantidad de tiempo en el desplazamiento de la aguja lectora. Esto se puede evitar desfragmentando el disco duro, es decir, juntando los trozos, uniéndolos secuencialmente.
Las últimas versiones de Windows efectúan este trabajo, el de la desfragmentación, en segundo plano, cuando se lo indicamos (la programación se activa por defecto), con lo que el usuario del equipo no percibe la acción. ¿Pero que ocurre si tienes el ordenador apagado cuando se ha de llevar a cabo el proceso? Si esto se repite día sí y día no, es conveniente realizar una desfragmentación manual. Para ello haz lo siguiente:
- Vete a Inicio -> Todos los programas -> Accesorios -> Herramientas del sistema -> Desfragmentador de disco.
- En la ventana que se abre, selecciona una unidad de disco duro y pulsa sobre el botón Analizar disco y espera a que te muestre los resultados.
- Si, cuando termine el proceso, te muestra un determinado porcentaje de fragmentación es conveniente que pulses sobre el botón Desfragmentar disco. Si el porcentaje es muy bajo, sal de la aplicación, no es necesario desfragmentar.
Te habrás fijado que, por defecto, aparece activada la Desfragmentación programada. Si no lo estuviese te recomiendo que la actives pulsando sobre el botón Configurar programación.
En versiones anteriores a Windows 7 del sistema operativo de Microsoft es recomendable efectuar la desfragmentación del disco de vez en cuando, siempre en función del trabajo que realices con el ordenador.
