Los servidores DNS sirven para establecer la conexión que nos proporciona nuestro proveedor de Internet con la red de redes. Habitualmente se establecen de manera automática, pero también es posible añadir uno o más de uno con el fin de solucionar fallos.
En alguna que otra ocasión muchos usuarios de un proveedor de servicios, sufren una desconexión de Internet. Después de intentar ponerse en contacto con el servicio técnico y viendo que no era posible, recurrí a lo que explico más adelante.
En un caso puntual, he utilizado mi teléfono móvil, empleando una conexión 4G, y descubierto en Twitter, que los fallos, detectados en la mayoría de los usuarios del citado servicio, se debían a errores de los servidores DNS.
Cuando activamos nuestra conexión con el proveedor, en cualquier ordenador o dispositivo móvil, se nos proporciona una, o más de una, DNS de forma automática. Ésta o éstas quedan registradas en la configuración del sistema. Ello no implica que no podamos activar una DNS de forma manual, cuando, como ocurre en el caso que reseño, está fallando la automática.
Añadir DNS en macOS
Si tenemos un ordenador Mac, para llevar a cabo la inserción de una nueva dirección DNS o eliminar las existentes y añadir solo la nueva, debemos hacer lo siguiente:
- Pulsamos sobre el icono de Apple en la parte superior izquierda de la pantalla y seleccionamos Preferencias del sistema…
- En la ventana que se abre pulsamos sobre Red, habitualmente en la tercera línea.
- Si tenemos activada una conexión de cable, pulsamos, en el panel izquierdo, sobre Ethernet y, a continuación, sobre el botón Avanzado. (Si la conexión activada es de una red WiFi, el proceso a seguir es el mismo).
- Se abre una nueva ventana en la que debemos activar la pestaña DNS.
- En la parte inferior izquierda pulsamos sobre el botón + y añadimos un nuevo Servidor DNS a la lista. Si lo vemos conveniente podemos, antes de nada, eliminar los ya existentes marcando cada uno de ellos y, a continuación, pulsando sobre el botón – en la parte inferior izquierda.
- El servidor DNS que podemos añadir es 8.8.8.8, proporcionado por Google. Tras hacerlo, debemos pulsar sobre Aceptar en la ventana abierta y, a continuación, sobre Aplicar, en la nueva ventana.
Cambiar DNS a manual en Windows 10 y 11
Si tenemos un ordenador con Windows 10, para llevar a cabo lo que explicamos en Mac, debemos hacer lo siguiente:
- Vamos a Inicio -> Configuración.
- En la ventana que se abre seleccionamos Red e Internet.
- En la nueva ventana marcamos, en el lateral izquierdo, la opción Ethernet. A la derecha se nos mostrará la red a la que tenemos conectado el ordenador. Pulsamos sobre el enlace Cambiar opciones del adaptador. (En el caso de que la conexión fuese WiFi el proceso sería similar).
- Se abrirá una ventana con el nombre de la red. Pulsamos el botón derecho del ratón sobre el nombre de la red y, en el menú emergente que se abre, seleccionamos Propiedades.
- Aparece una nueva ventana con una serie de opciones, algunas marcadas y otras desmarcadas. Pulsamos sobre Protocolo de Internet versión (TCP/IPv4) y, en la parte inferior izquierda de la ventana, hacemos clic sobre Propiedades.
- Lo normal es que aparezca activada la opción Obtener la dirección del servidor DNS automáticamente. Marcamos la que viene a continuación: Usar las siguientes direcciones de servidor DNS.
- Escribimos la misma dirección que hemos indicado para Mac, la dirección 8.8.8.8, que, como hemos indicado, es propiedad de Google.
- Pulsamos sobre Aceptar para finalizar el proceso.
Cambiar DNS en dispositivos móviles
En dispositivos móviles, iOs y Android, el proceso a seguir es similar. Debemos acceder a la conexión WiFi activa pulsando sobre el icono de ajustes o configuraciones, y tras localizarla, pulsamos sobre el botón que se encuentra a la derecha.
En la parte inferior de la pantalla se mostrará el acceso a la configuración DNS. La seleccionamos y cambiamos automático por manual para añadir el servidor que ya hemos indicado, 8.8.8.8, el ofrecido por Google.
Conclusión
Puedes dejar la configuración o configuraciones hechas durante el tiempo que desees. En cualquier momento deshaces lo hecho, o lo dejas así para siempre.
